"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

viernes, 7 de julio de 2017

CARTA DE JOSÉ MARTÍ A GONZALO DE QUESADA. OCTUBRE 19 1889.

New York, Octubre 19/89.

Sr. Gonzalo de Quesada.

Mi muy querido Gonzalo:

Por lo pequeño de la letra verá Vd. que el alma anda hoy muy triste, y acaso la causa mayor sea, más que el cielo oscuro o la falta de salud, el pesar de ver cómo por el interés acceden los hombres a falsear la verdad, y a comprometer, so capa de defenderlos, los problemas más sagrados. De estas náuseas quisiera yo que no sufriese V. nunca, porque son más crueles que las otras. Por eso no le he escrito en estos días, porque cuando me cae ese desaliento estoy como ido de mí, y no puede con la pluma la mano. Y porque quería hablarle largo, como a su buen padre le hablé, sobre el peligro en que está Vd. de que, con el pretexto de amistad, se le acerquen personas interesadas que quieran valerse de la posición de confianza de que goza, cerca de una delegación importante a la que con la astucia se quisiera deslumbrar, o confundir, o convertir, o traer a la estimación de personas que llevan el veneno donde no se les ve. Lo han de querer usar, descaradamente unos, y otros sin que Vd. lo sienta. Y yo quiero que todos le tengan a Vd., y a la persona que confía en Vd., el respeto que les he tenido yo, que me guardé bien, ni de frente ni de soslayo, de inculcar en Vd. mis ideas propias sobre estas cosas delicadas del Congreso, y sobre los hombres que de dentro o de fuera intervienen en él, por más que ni V. ni yo podamos tener duda de la pureza de mis intenciones, ni del fervor de mi cariño, y el desinterés de mi vigilancia, por mi tierra, y por toda nuestra América.

Vd. es discretísimo; pero no me ha de tener a mal que lo ponga en guardia sobre estas asechanzas sutiles. Si entra en las funciones de Vd. poner delante al caballero a quien acompaña las opiniones sobre este asunto, póngale por igual las del Tribune y el Avisador, y las del Post, el Herald y el Times. Refrene, en cuanto a las personas, el entusiasmo natural a su gallardo corazón; y estudie los móviles torcidos que a veces se esconden bajo las más deslumbrantes prendas exteriores. No hable mal ni bien de quien oiga hablar bien o mal, hasta saber si hay causa para el elogio o la censura, o si lo que se ha querido es acreditar o desacreditar a una persona, por el medio indirecto e involuntario de Vd. No hay encaje más fino que el que labran los hombres decididos a intrigar, o necesitados de servir.

Es necesario ser hábil y honrado, contra los que son hábiles, y no honrados. Esto se lo digo a Vd., como me lo diría a mí mismo, -porque preveo que no se ha de dejar sin intentar el propósito de llegar por medio de Vd. al ánimo de la delegación, que es de tanto peso y juicio, y de. pueblo tan viril, que de nadie busca ni necesita consejo, pero pudiera, sobre todo en cuanto a los hombres, formarse opinión errada y peligrosa de esta persona o aquella, por verlas- en buen predicamento con los que tienen merecida su confianza: Vd. hará, para empezar, un buen oficial de caballería, porque ve de lejos, lo que es igualmente necesario en los tratos con los enemigos, y con los hombres. ¿Qué más tengo que decirle, sino que me perdone en gracia de que son por su bien, estas vejeces?



Ahora le hablaré de lo que nos toca más de cerca que nuestras mismas personas: de lo de nuestra tierra. Hay marea alta en todas estas cosas de anexión, y se ha llegado a enviar a La Discusión de la Habana, desde Wáshington, una correspondencia sobre una visita a Blaine, en favor de la anexión, en que la dan por prometida por Blaine, y al calce están mis iniciales: ¡y en Cuba creen los náufragos, que se asen de todo, que es mía la carta, a pesar de que es una especie de anti-vindicación, y que yo estoy en tratos con Blaine, y lo demás que en Cuba puede suponerse de que los revolucionarios de los E. Unidos anden en arreglos con el gobierno norteamericano! : hasta ofertas de agencia he recibido de personas de respeto, como primer resultado de esta superchería. En instantes en que el cansancio es freno de la Isla empieza a producir el espíritu y unión indispensables para intentar el único recurso, es coincidencia infortunada ésta del Congreso, de donde nada práctico puede salir, a no ser lo que convenga a los intereses norteamericanos, que no son, por de contado, los nuestros. Y lo que Vd. me dice, y ha hecho muy bien en decirme, agrava esta situación, con la única ventaja de que el tiempo perdido en estas esperanzas falsas, lo emplearemos, los que estamos en lo real, en organizarnos mejor.

Pero no es por nuestras simpatías por lo que hemos de juzgar este caso. Es, y hay que verlo como es. Creo, en redondo, peligroso para nuestra América, o por lo menos inútil, el Congreso Internacional. Y para Cuba, sólo una ventaja le veo, dadas las relaciones amistosas de casi todas las Repúblicas con España, en lo oficial, y la reticencia y deseos ocultos o mal reprimidos de este país sobre nuestra tierra: -la de compeler a los Estados Unidos, si se dejan compeler, por una proposición moderada y hábil, a reconocer que "Cuba debe ser independiente". Por mi propia inclinación, y por el recelo-a mi juicio justificado-con que veo el Congreso, y todo cuanto tienda a acercar o identificar en lo político a este país y los nuestros, nunca hubiera pensado yo en sentar el precedente de poner a debate nuestra fortuna, en un cuerpo donde, por su influjo de pueblo mayor, y por el aire del país, han de tener los Estados Unidos parte principal. Pero la predilección personal, que puede venir de las pasiones, debe ceder el paso, en lo que no sea cosa de honor, a la predilección general: y pronto entendí que era inevitable que el asunto de Cuba se presentase ante el Congreso, de un modo o de otro, y en lo que había que pensar era en presentarlo de modo más útil. Para mí no lo es ninguno que no le garantice a Cuba su absoluta independencia.

Para que la isla sea norteamericana no necesitamos hacer ningún esfuerzo, porque, si no aprovechamos el poco tiempo que nos queda para impedir que lo sea, por su propia descomposición vendrá a serlo. Eso espera este país, y a eso debemos oponernos nosotros. Lo que del Congreso se había de obtener era, pues, una recomendación que llevase aparejado el reconocimiento de nuestro derecho a la independencia y de nuestra capacidad para ella, de parte del gobierno norteamericano, que, en toda probabilidad, ni esto querrá hacer, ni decir cosa que en lo menor ponga en duda para lo futuro, o comprometa por respetos expresos anteriores, su título al dominio de la Isla. De los pueblos de Hispano América, ya lo sabemos todo: allí están nuestras cajas y nuestra libertad.

De quien necesitamos saber es de los Estados Unidos; que está a nuestra puerta como un enigma, por lo menos. Y un pueblo en la angustia del nuestro necesita despejar el enigma; -arrancar de quien pudiera desconocerlos, la promesa de respetar los derechos que supiésemos adquirir con nuestro empuje-, saber cuál es la posición de este vecino codicioso, que confesamente nos desea, antes de lanzarnos a una guerra que parece inevitable, y pudiera ser inútil, por la determinación callada del vecino de oponerse a ella otra vez, como medio de dejar la isla en estado de traerla más tarda a sus manos, ya que sin un crimen político, a que sólo con la intriga se atrevería, no podría echarse sobre ella cuando viviera ya ordenada y libre. Eso tenía pensado, contando con que en el Congreso no nos han de faltar amigos que nos ayudasen a aclarar nuestro problema, por simpatía o por piedad. Y como pensaba componer la exposición de manera que en ella cupiesen todas las opiniones, en José Ignacio pensé, como pensé en Ponce y en cuantos, con diferencia de métodos, quieren de veras a su país, para que acudiesen al Congreso con sus firmas, en una solicitud que el Congreso no podía dejar de recibir, y a la que los Estados Unidos, por la moderación y habilidad de la súplica, no habría hallado acaso manera decorosa de negar una respuesta definitiva: y así, con este poder, batallar con más autoridad y a campos claros.

Del Congreso, pues, me prometía yo sacar este resultado: la imposibilidad de que, en una nueva guerra de Cuba, volviesen a ser los Estados Unidos, por su propio interés, los aliados de España. Nada, en realidad, espero. porque, en cuestión abierta como ésta, que tiene la anexión de la Isla como uno de sus términos, no es probable que los Estados Unidos den voto que en algún modo contraríe el término que más les favorece. Pero eso es lo posible, y el deber político de este instante, en la situación revuelta, desesperada, y casi de guerra, de la Isla. Y eso estaba yo decidido a hacer. Y aun no sé si será mi deber hacerlo, acompañado, o solo.

En esto me llega su carta de Vd. De los móviles de José Ignacio Rodríguez no hay que hablar. Ama a su patria con tanto fervor como el que más, y la sirve según su entender, que en todo es singularmente claro, pero en estas cosas de Cuba y el Norte va guiado de la fe, para mí imposible, en que la nación que por geografía, estrategia, hacienda y política necesita de nosotros, nos saque con sus manos de las del gobierno español, y luego nos dé, para conservarla, una libertad que no supimos adquirir, y que podemos usar en daño de quien nos la ha dado. Esta fe es generosa; pero como racional, no la puedo compartir. Lo que en todo el documento, tal como V. me lo pinta, se demuestra, no es tanto la razón de que Cuba sea independiente, sino la necesidad que la nación de más intereses y aspiraciones en América tiene de poseer la isla, el mal que le puede venir de que otro la posea.

Aparte de lo histórico, en cuanto al espantapájaros que mató de una vez Juárez, a la invasión de un poder europeo en América: ¿no está Europa en las Antillas? ¿Francia? ¿Inglaterra?: ¿pudieron, por tener la Isla, reconquistar la América los españoles, ni cuando Barradas, ni cuando Méndez Núñez? De esas alegaciones tomarán los Estados Unidos refuerzo para sus propósitos, confesos o tácitos. La indemnización ¿quién la había de garantizar, sino la única nación americana que puede hacerla efectiva? Y una vez en Cuba los Estados Unidos ¿quién los saca de ella? Ni ¿por qué ha de quedar Cuba en América, como según este precedente quedaría, a manera, -no del pueblo que es, propio y capaz-, sino como una nacionalidad artificial, creada por razones estratégicas? Base más segura quiero para mi pueblo. Ese plan, en sus resultados, sería un modo directo de anexión. Y su simple presentación lo es. Lo anima en Rodríguez, el deseo puro de obtener la libertad de su tierra por la paz. Pero no se obtendrá; o se obtendrá para beneficio ajeno. El sacrificio oportuno es preferible a la aniquilación definitiva. Es posible la paz de Cuba independiente con los Estados Unidos, y la existencia de Cuba independiente, sin la pérdida, o una transformación que es como la pérdida, de nuestra nacionalidad. Sírvanos el Congreso, en lo poco que puede, pero sea para el bien de Cuba, y para poner en claro su problema, no para perturbarla, por lo pronto, con esperanzas que han de salir una vez más fallidas, o si no salen, no han de ser para su beneficio.

Y ahora, los hombres. Dos cosas pueden ser, y sólo la parte de Rodríguez me impide creer que sea una de ellas. O los capitalistas y políticos de la costa, con ayuda y simpatía de quienes siempre ayudan estas cosas en Wáshington, han ido penetrando sutilmente hasta hallar en Rodríguez un auxiliar desinteresado y valioso, y este plan viene a ser la aparición de un propósito fijo de hombres del Norte, que es lo que me inclino a creer; o por comunidad de las ideas limpias de Rodríguez, la pasión constante del revolucionario González, y el interés confeso y probado de Moreno, se han venido a producir un modo de pensar, que como todo lo que lleva esperanza a los infelices, y libertad cómoda a los débiles, tendrá muchos adeptos, aquí y en Cuba, pero en el que no quisiera yo ver persona como Rodríguez junto a un hombre del descrédito de Moreno, y de la poca autoridad de Luna. No sé hablar mal de los hombres. Pero Moreno no es buena compañía, aparte de lo ridículo de su persona, que sólo por la idea simpática que le llevaba, y por el respeto de su puesto de representante, pudo parecer bien, como Vd. me dice, al entusiasta González. De González, nada sé, sino lo que se puede saber de la expedición de López, que Vd., recordando o preguntando, lo sabrá. Y por unas líneas suyas que leí en días pasados, sé que es de los que aman con pasión a este país, y no verían con menos que júbilo la anexión del nuestro. ¿Y si no es anexionista el plan de que me habla, qué hacen en él Moreno y Luna, anexionistas confesos? Eso es lo que pienso. Gonzalo, va al vuelo de la pluma, como quisiera yo ir, y escribir con mí sangre, para que se me viera la verdad. ¿Pero a qué he decir, caso de que pudiera yo, que por mí tierra todo lo abandono, salir de este banco de la esclavitud? Sí fuera útil, yo iría: pero ¿quién, por oírme, va a cejar en sus pasiones de años, ni a creer que lo que habla en mí no es una pasión opuesta a la suya? Otros me llaman de Washington, y por respetos no voy. Mis ideas no las callo, aunque Vd. sólo hará uso de ellas donde puedan contribuir a la concordia. Sí estas cosas se transformasen, o llegasen a estado que requiriese acción, o pudiera mí presencia allí servir de veras ¿no daría este corto viaje por su patria, el que se muere de ella?

No eche al cesto estos renglones, para volver a leerlos juntos. Me pidió dos, y vea. Eso le dirá cómo le estima su amigo,

Lavrov: EE.UU. y Rusia están listos para anunciar el cese al fuego en el sureste de Siria

Publicado: 7 jul 2017 17:22 GMT | Última actualización: 7 jul 2017 18:37 GMT

La tregua, que contaría con la aprobación en conjunto con otros miembros de la cumbre, surtiría efecto a partir de este domingo.


Alaa Faqir / Reuters

En el marco de la cumbre del G20 que se lleva a cabo en la ciudad alemana de Hamburgo, EE.UU., Rusia y otros miembros están prontos a anunciar un alto al fuego en el sureste de Siria. La decisión —que entraría en vigor a partir de este 9 de julio— fue adelantada por el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, tras concluir la reunión bilateral entre Donald Trumpy Vladímir Putin.

"Fue una atmósfera constructiva. Ambos han trabajado por los intereses nacionales de sus países", expresó Lavrov sobre el encuentro entre ambos presidentes.

El canciller ruso ha agregado que las negociaciones con respecto a las zonas de seguridad al norte de Siria todavía se están llevando a cabo, y que entre otros temas discutidos entre Trump y Putin se cuentan los relacionados con Siria, Ucrania, Corea, la ciberseguridad y el nombramiento del nuevo embajador ruso en Washington.

Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, ha asegurado tras el encuentro que tanto su país como Rusia comparten "el mismo interés" en promover la estabilización y unificación de Siria.
Preocupación por la ciberseguridad

La seguridad cibernética fue uno de los temas principales del diálogo entre los mandatarios, afirma Lavrov, refiriéndose también a las acusaciones contra Rusia acerca de supuestos 'hackeos'.

"Trump ha oído del propio Putin que el Gobierno ruso no ha interferido en las elecciones estadounidenses", declaró el canciller, calificando además como "extraños" los últimos escándalos mediáticos en los que se involucra a Moscú por este tipo de ataques.

presidencia.gob.mx


Solución en Ucrania

Lavrov señaló adicionalmente que Putin y Trump acordaron promover una solución a la situación en el este de Ucrania mediante la creación de un canal común sobre la base del acuerdo de paz de Minsk.

Según el canciller, se ha nombrado a un "representante especial" para promover los esfuerzos de resolución de la crisis y se ha acordado la creación de "un canal entre el representante de la Federación de Rusia y el de EE.UU." con el objetivo de facilitar tales esfuerzos.



Siria, el avance más importante

La tregua en Siria había sido calificada por Putin como el avance más importante en el desarrollo de la crisis en ese país árabe, junto con las zonas de distensión acordadas en Astaná.

Por su parte, la búsqueda de un entendimiento respecto al conflicto en Siria había sido descrita por Tillerson como uno de los puntos claves del esperado encuentro entre ambos mandatarios. El secretario había enfatizado que ambas naciones son capaces de llegar a un entendimiento.

"Nuestros militares se han comunicado de manera clara para garantizar que no se produzcan incidentes entre nuestros países", afirmó Tillerson un mes después de un ataque estadounidense contra tropas gubernamentales de Siria por supuestamente violar una zona de seguridad en ese país. "Donde había pequeños incidentes, se resolvieron de manera rápida y pacífica", agregó.

En las negociaciones internacionales celebradas en la capital de Kazajistán el 3 y el 4 de mayo, los representantes de los países garantes de una tregua en Siria (Rusia, Irán, Turquía) firmaron un acuerdo sobre la creación de cuatro zonas de desescalada en el país.

Se propuso crear las áreas en toda la provincia de Idlib y en partes de las provincias de Alepo, Latakia y Homs: al norte de la ciudad de Homs, en la región de Guta del Este y en el sur del país.

Según explicó a RT el jefe de la delegación rusa en las negociaciones en Astaná, Alexánder Lavréntiev, ha habido dificultades para delinear los límites de dichas zonas pues "resulta imposible marcarlos en el mapa", ya que los especialistas tienen que desplazarse al lugar de los hechos para averiguar dónde ubicar esa línea.

VIDEO: Las primeras imágenes de Trump dando un apretón de manos a Putin

RT Publicado: 7 jul 2017 11:27 GMT | Última actualización: 7 jul 2017 11:53 GMT

Tras el encuentro con los demás líderes del G20, los presidentes de Rusia y Estados Unidos se reunirán en privado para abordar la situación en Siria y las relaciones bilaterales entre ambos países.


Facebook / @Bundesregierung

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, se han encontrado en persona tras meses de especulaciones sobre su primer cara a cara. El encuentro se ha producido durante la celebración de la cumbre del G20 en Hamburgo (Alemania), donde las cámaras lograron captar el esperado momento en el que ambos mandatarios se estrechaban las manos.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó el encuentro. "Sí, se dieron la mano y acordaron mantener una reunión por separado", ha asegurado el funcionario, citado por RIA Novosti. Poco antes de la reunión Trump ha señalado a través de su cuenta de Twitter que espera con impaciencia la reunión con los líderes mundiales, incluyendo la de Putin, ya que "hay muchos temas para discutir".


Encuentro histórico

Sin embargo, la reunión solo se hace realidad seis meses después de la toma de posesión de Trump, en gran medida debido a la presión que sufre el mandatario norteamericano por parte del 'establishment' estadounidense, que acusa a Moscú de haberse inmiscuido en las elecciones presidenciales de EE.UU.
¿Qué discutirán?

Según reveló el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, la situación en Siria sería el tema clave de las negociaciones. "Si no conseguimos la estabilidad en Siria, nuestros avances para derrotar al Estado Islámico pueden quedar anulados", declaró. Tillerson también aseveró que ambos líderes abordarían las relaciones bilaterales entre Moscú y Washington.

En referencia al estado actual de esas relaciones, el canciller estadounidense indicó que los dos países "están al principio" del camino. A su vez, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que durante la reunión los mandatarios tratarían la situación en Ucrania y Siria.
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